martes, 22 de noviembre de 2016

Lluvia 2.0


Siempre ha sido nuestra, a la lluvia me refiero,
como los veranos de “orbayu”, goteras y humedades,
calados hasta los huesos pero nunca el uno del primero,
en los que solo hemos resistido una tormenta juntos, solo una,
la misma que nos convirtió en catarata y precipicio.

La lluvia es un “besar azul”, como diría Lorca,
desprende gotas que al infinito miran y hace vibrar las almas,
pero yo solo me empapaba de ciegos rechazos que ahorcan,
y ojos que me observaban desde la otra punta del bar,
cerrando cada verano la puerta con un seco pestañeo.

Allí lo único azul era la playa, en la que verte era peor
que contemplar las gotas estrellándose contra la ventanilla,
y lo único que quería era agarrar el coche con furor
limpiaparabrisas intermitente para barrer tu lluvia,
emborronando el horizonte, la playa y a ti.

Hoy solo me queda mi propia lluvia, nunca jamás compartida,
nuestros cuerpos empapados de sudores, pero fríos;
sudores de noches perdidas y silencios meditados,
sudores atrapados que algún día conseguirán borrar
toda la lluvia que cayó en nuestra playa y a ti.

Á

No hay comentarios:

Publicar un comentario