domingo, 26 de junio de 2011

I'm one-hundred-per-cent sure I'll miss it.


   La heroica ciudad dormía la siesta. El viento sur, caliente y perezoso, empujaba las nubes blanquecinas que se rasgaban al correr hacia el norte. En las calles no había más ruido que el rumor estridente de los remolinos de polvo, trapos, pajas y papeles, que iban de arroyo en arroyo, de acera en acera, de esquina en esquina, revolando y persiguiéndose, como mariposas que se buscan y huyen y que el aire envuelve en sus pliegues invisibles. Cual turbas de polluelos, aquellas migajas de la basura, aquellas sobras de todo, se juntaban en un montón, parábanse como dormidas un momento y brincaban de nuevo sobresaltadas, dispersándose, trepando unas por las paredes hasta los cristales temblorosos de los faroles, otras hasta los carteles de papel mal pegados a las esquinas, y había pluma que llegaba a un tercer piso, y arenilla que se incrustaba para días, o para años, en la vidriera de un escaparate, agarrada a un plomo.
   Vetusta, la muy noble y leal ciudad, corte en lejano siglo, hacía la digestión del cocido y de la olla podrida, y descansaba oyendo entre sueños el monótono y familiar zumbido de la campana de coro, que retumbaba allá en lo alto de la esbelta torre en la Santa Basílica. La torre de la catedral, poema romántico de piedra, delicado himno de dulces líneas de belleza muda y perenne, era obra del siglo dieciséis, aunque antes comenzada, de estilo gótico, pero, cabe decir, moderado por un instinto de prudencia y armonía que modificaba las vulgares exageraciones de esa arquitectura. La vista no se fatigaba contemplando horas y horas aquel índice de piedra que señalaba al cielo; no era una de esas torres cuya aguja se quiebra de sutil, más flacas que esbeltas, amaneradas como señoritas cursis que aprietan demasiado el corsé; era maciza sin perder nada de su espiritual grandeza, y hasta sus segundos corredores, elegante balaustrada, subía como fuerte castillo, lanzándose desde allí en pirámide de ángulo gracioso, inimitable en sus medidas y proporciones. Como haz de músculos y nervios, la piedra, enroscándose en la piedra, trepaba a la altura, haciendo equilibrios de acróbata en el aire; y como prodigio de juegos malabares, en una punta de caliza se mantenía, cual imantada, una bola grande de bronce dorado, y encima otra más pequeña, y sobre ésta una cruz de hierro que acababa en pararrayos.
   Cuando en las grandes solemnidades el cabildo mandaba iluminar la torre con faroles de papel y vasos de colores, parecía bien, destacándose en las tinieblas, aquella romántica mole; pero perdía con estas galas la inefable elegancia de su perfil y tomaba los contornos de una enorme botella de champaña. Mejor era contemplarla en clara noche de luna, resaltando en un cielo puro, rodeada de estrellas que parecían su aureola, doblándose en pliegues de luz y sombra, fantasma gigante que velaba por la ciudad pequeña y negruzca que dormía a sus pies. 
La Regenta, "Clarín".

miércoles, 22 de junio de 2011

We bury our love in the wintery grave.


Hoy fue el último miércoles que caminé con mis dos bailarinas, muerta de la risa, por Muñoz Degrain de vuelta a casa. Hace 8 años que empezó esta costumbre, y no sé si milagrosa o extrañamente, nunca nos hemos quedado sin tema de conversación. Somos el trío lalalá, las que no callan, las de "te pico a menos 25", las que tardan en parar de reirse horas y que siempre tienen algo, lo más mínimo, que criticar. En 5 días se acaba una 'era'. No volveré a vivir en Oviedo, no volveré a coger el bus delante de casa, ni subir con mi mejor amigo al llegar del cole caminando. Se acaba el "¿qué te vas a poner hoy?" con la aspirante a chef y los "8 puerta badu". Realmente echaré de menos esto. No sé que tienen los finales, que tanto, tantísimo los ansiamos que parece que nunca llegan; pero que cuando llegan son realmente tristes, quisieras volver tiempo atrás... Y6, jugando en el patio al escondite y gritar con Bárbara: "¡Por mi y por todos mis compañeros! ¡Sois unos trampooooosos!". Supongo que a todos nos pasa, ¿verdad? No es miedo, si no ese 'gustirrinín' de curiosidad de qué eggs me espera por delante. De momento, solo quiero pensar que el verano será estupendísimo y que tarde o temprano, volveré a ver a todos aquellos que de algún modo, en 5 días, me alejaré. Y con esto y un bizcocho, (la bailarina se va a estudiar química) hasta mañana a las 8.

viernes, 17 de junio de 2011

Juguemos como si no tuvieramos nada que perder.

Those simple dreams, we thought would carry us through. Did a single one come true for you?
We never got older, we just lost out dreams, like birds in a storm, hid them away from the rain.
But summer will come and we'll open our wings, yeah.
We will learn to fly again, I know.
We will learn to try again.



Me despierto, bostezo y me doy cuenta que todo pasa, todo un día se queda atrás. Siempre estamos deseando que llegue ya el minuto siguiente, seres impacientes, ansiosos de ser mejor de lo que somos. Ansias de libertad, de cero limitaciones, de poder disfrutar; de llegar tarde, borrachos y bien acompañados. Realmente nos pasamos la vida buscando lo que no tenemos, lo que tuvimos, queremos acelerar el tiempo, pero también "re-windear" hasta los buenos momentos. Nunca estamos conformes con la situación actual, y luego nos arrepentimos. ¿Cuántas veces hemos llorado? Intentando remediar acciones pasadas. Creo firmemente que "lo bueno se hace esperar", que "lo hecho, está hecho" y que "quien la sigue, la consigue". Basta de lamentaciones, y no perdamos el tiempo, que es oro. "Quiero decir que cualquier sitio es bueno para vivir si uno está agusto. Y yo aquí estoy bien."

domingo, 5 de junio de 2011

A 22 días.


Aquí están tus horas en blanco. Un paréntesis mullido que no entiende de urgencia ni de agenda. El solsticio de verano traerá noches estrelladas con la brisa ensortijada entre el pelo. Los días se alargan, las noches también, y no estás soñando. Como una invitación a descalzarte para sentir que en la vida hay que aligerar la carga. El inicio de las vacaciones también significa la posibilidad de empezar algo nuevo, tal vez la promesa de tratarse a una misma con más indulgencia, incluso cuando la inseguridad o la duda se presenten sin avisar. Nos las llevaremos de paseo, y juntas buscaremos una sombra donde arreglar las cosas. Mientras el sol se sumerge en el mar como un enorme lunar rojo, un ave marina sobrevuela la postal del atardecer. La línea esmeralda que se pierde en el horizonte te hace pensar en todo lo que puede esconderse detrás de lo que vemos. Aprender a transitar por los puntos suspensivos de la vida, impedir incluso que la incertidumbre nos paralice y que la contrariedad nos bloquee. “Recargar las pilas”, dice la gente, porque el descanso nos procura energía pero, sobre todo, esperanza. La fantasía parece más cercana. Incluso real. Y sus cosquillas acuden como una revelación, hasta conmovernos. Esa es la felicidad, una colección de pequeños instantes en los que somos más verdaderos.

En la hamaca la escena suele estar acompañada de azules, el color rey por antonomasia, que simboliza a la par seguridad y placidez, belleza rotunda y pureza. El primer homínido hedonista que descubrió cómo la caricia del sol era capaz de abrir el grifo del placer, supo que bastaba con mirarlo con los ojos cerrados. El calor posándose encima del cuerpo. Un calor humano, capaz de derretir el alma que se va perlando en gotas de sudor. El mercado no ha hecho más que sofisticar ese símbolo que tan bien podría emparentarse con la cultura de la indolencia. La exhibición del placer que nace y muere en sí mismo. Pero también es cierto que broncearse es mucho más que un ritual de ocio, que significa una puerta hacia la nueva sensualidad. No hay mejor excusa para acariciar el yo hasta que una ligera brisa aletea sobre la toalla y se deja sentir en la cintura. Un soplo de aire en el flanco derecho asciende hasta las costillas y bambolea justo en el plexo solar hasta que muere, derrotado por los rayos de luz amarilla. La espalda siente la tela, el algodón rizado de la toalla, mientras los pies perciben la arena escurridiza o el quejido de la lona de la hamaca. Eso sí, como todo en la vida, hay que protegerse.

MarieClaire.

sábado, 4 de junio de 2011

Fucked up.


A frozen lines, a single tear,
is harder than I ever feared.
And you were left feeling so alone.
Because these days aren't easy,
like they have been once before,
these days aren't easy anymore.

miércoles, 1 de junio de 2011

I am feeling so ambitious, you and me, flesh to flesh.


Hoy me he levantado con 4 rayos de sol que se colaban por entre mis persianas, no hizo falta el despertador, me he levantado contenta, feliz, he ido a la parada del bus con una sonrisa de oreja a oreja y he llegado a clase bailando. No es de extrañar, Junio ha llegado, vale, sí. Debería estar pensando en: Oh Dios! Llega lo peor, y no lo discuto, pero, solo pensar que en 26 días se acabará todo, no se me hace ni pesado todo el tiempo de estudio que me queda por delante, ya que es serán mucho más amplios, ajetreados, emocionantes e inolvidables esos dos mesecillos que ahora mismo veo a una corta distancia. Me esperan 26 días de estudiar, mucho, para qué negarlo, Chemistry, Maths, Mechanics, Physics y acabar mi Related Studies de Art, me quedan semanas de comer fruta, de hacer mil abdominales y dos mil sentadillas en Ballet, todo por el tipiquísimo-femenino-objetivo de la famosa “operación bikini”. Tiempo de relajarse, de dormir mucho. 4 semanas sin alcohol, LO JURO. Y es que pensándolo bien, pronto llegará ese frenético verano que todos esperamos. Los “asandaliados” días en los que anochece a las 11, el olor a sal y a cloro y por supuesto llegarán días en que ni te acuestes, ya que somos jóvenes y podremos con ello.
Probablemente (más me vale) abandone este mundillo durante este tiempo, me queda chapar, mucho, mucho, así que para los que ya esteis de verano, disfrutad de lo que yo no tengo y para lo que no, os acompaño en el sentimiento.


And I'm tired of being all alone, and this solitary moment makes me want to come back home.