miércoles, 11 de noviembre de 2015

EL todo y LA nada.

Tú, todo, aquello a lo que solía darle vueltas,
Yo, nada, no me ando con rodeos hoy.
Yo, todo de lo que me quejaba,
Por nunca tener nada, ni a ti.
Por no contentarme con nada, sin ti.
Mas hoy, cavilo y pienso que no carezco de nada,
Solo de esa certeza de saber todo de ti.

La incertidumbre de todas tus huídas.
Tus idas y venidas, nada.
Mis vueltas y revueltas, todas.
Mi arquitectura interior, todo mi cuerpo,
Esa que ahora me explica que nada es a lo que tú sabes.
Y sabiendo que buscaría un todo junto a ti,
Es ahora nada, nada y nada lo que encontré a tu lado.

Perdiéndome, llego a ver el todo,
Todo de lo que tú me apartabas,
Acercando mis miedos a tu nada.
Recluido mi todo en tu nada,
Me escapo,
Y me atrevo a decir que nunca nada fue malo,
Nada, salvo tu todo.

Á

miércoles, 4 de noviembre de 2015

Entendí que lo bueno te encuentra cuando dejas de buscarte.



Y me acostumbré a estar sola. 

Hace más de medio año vivía sola, cocinaba sola, iba a comprar sola, paseaba sola e incluso, como nunca hubiera llegado a imaginar, comía sola. Hasta entonces me acojonaba pensar en situaciones así. "¿Comer sola Ángela? Pero si no te callas ni debajo del agua." 
No voy a negar que al principio cuesta, pero le acabas pillando el gustillo a tu propia compañía. Sola en el buen sentido de la palabra, claro. Y es que, estar sola no es tan horrendo y triste como esta mierda de sociedad nos hace creer, no, simplemente forma parte de tu vida aprender a estar contigo, aprender a quererte a ti misma antes de estar preparada para que otros te quieran; y ¿qué mejor manera que pasando un tiempo de yo/mí/me/conmigo? 
Y ayuda, vaya que si ayuda, te ayuda a valorarte como quieres que otros te valoren, y te da que pensar. Yo por fin he comprendido que no valgo tan poco como solíais hacerme creer, y estoy bien, bueno, ¿qué cojones? ¡Estoy genial!
Vivo feliz, y es gracias a que ya no pienso en todos aquellos que se quedaron atrás, pero que antes de irse me jodieron un poco, demasiado, por dentro. He llegado a comprender que hay trenes por los que hubiera llegado a descarrilar, o incluso a tirarme a la vía y ponerme delante, y en el fondo no se merecían ni que comprar su puto y mísero billete de ida. Pero el hecho de que ya los haya dejado ir, me da esperanzas, y pienso, venga, cada día queda uno menos para que sea el adecuado, con el que realice el viaje más largo.
Y tengo ganas, sí, no voy a negarlo, pero estoy tan bien, tan a gusto conmigo, que tendrá que encontrarme alguien muy cabrón para que vuelvan a joderme, o alguien demasiado bueno para que me quite la coraza, porque a mí ya no me engañan, y que lo intenten.

Que si quieres quedarte, siempre hay sitio, pero sin revolver.   

Á

viernes, 31 de julio de 2015

Menos por menos y nunca nosotros

"Lo intenté siete veces más,
quería ver lo que hay detrás
de tu imperturbabilidad
y abrir tu puerta de cuarenta y tres candados." 
N.V. 

Si quien la sigue, la consigue, voy a buscarte/me tanto y cuanto sea necesario para que esto, que no nuestro, sume y siga. Me rendí ante tu y mi stand-by, ya que hace mucho, mucho tiempo me enseñaron que menos por menos da que algo: persona, animal o cosa, dé positivo. Y creo que ya toca apostar todo a rojo o a negro, a cualquiera, pero todo, un "one last chance". Con precaución y prudencia, siempre, esa que empiezo a tener.
Que si te encuentro, o me encuentras, no encontrarnos, porque mira que contigo siempre me ha parecido una gilipollez la primera persona del plural; se te/me revuelva algo por dentro, esas mariposillas, habladurías, porque a veces son más huracán que otra cosa. Que te aporto, y me aportas, poco, no me voy a venir arriba, pero menos da una piedra, y ya dije que tú eras de las grandes. Y no se a qué esperas para golpear, que algún día va a llegar un alguien, otro, no un nosotros, que nos diga que ya está, que valió, punto y final. Tu indiferencia te está ganando la partida, y cada vez que te/me encuentras es un gol por la escuadra, pero nunca a tu favor; así que apura tío, que en breves llegamos al tiempo de descuento.
No me cuentes, ni dejes que te cuente que vendrán tiempos mejores, que nunca es buen tiempo para nada, pero hay que echarle huevos ya que cualquier momento es malo para que surja algo bueno. Y la verdad es que ya no dependemos de la suerte, quizá si me apuras conseguimos que no nos llueva, pero creo que eso será pura casualidad, esa misma que poco a poco vas a acabar agotando como sigas haciendo el imbécil; así que espabila, nadie va a venir a buscarte, ahora solo tu puedes conseguir el nosotros y no un yo con otros.


Á

lunes, 13 de julio de 2015

I know if destiny is kind, I’ve got the rest of my mind.



He vuelto, y creo que esta vez para quedarme. Pido disculpas por mi ausencia, ha sido un tiempo de resaca de proyectos, de los que se quedaron por el camino y de ti. Repito, he vuelto, pero cambiada, y confío plenamente que es un cambio irrevocable. Muchas situaciones, personas, casualidades y causalidades me han echado un cable en esto, y por supuesto tu indiferencia y tú, que nunca os habéis quedado cortos. Pero no vengo a hablar de ti hoy, sino que vengo a agradecer indirectamente a todos aquellos que me han demostrado que no estoy tan sola, no tanto como para seguir queriéndote.

He vuelto, (hace un mes ya) de Hong Kong, que se dice pronto, no tan rápido pasa el día de vuelo entre escalas, lloros y “su puta madre como pesa esta mochila”; ni tan rápido pasó el último mes en el que aparte de estar encerrada en el sweatshop que tenía como estudio, una de las mejores personas a las que, gracias a Dios, tuve la oportunidad de conocer después de cuatro años ya se había vuelto a Europa. Y no fue un tiempo fácil, de amor (si se le puede llamar “amor”) os hablo ahora, pero sabía dónde me metía, y todos sabemos que sarna con gusto, no pica. He de agradecer a Nacho Vegas el hecho de que cuando estaba en la mierda, le escuchaba, y él corroboraba que lo estaba. Pero aquí sigo de pie, y repito, he vuelto, con todo en contra pero con el alma a favor, como el Real Oviedo, con un par.

He vuelto, repito, de Hong Kong, donde probablemente haya pasado de las mejores noches de mi vida, y días, también, pero es que yo soy muy de noche. Nunca pensé que a diez mil y pico kilómetros de distancia me sintiera como en casa. Gracias Hong Kong, no me has hecho crecer solo intelectual y culturalmente hablando, sino como persona; ten muy claro que volveré, y esta vez para quedarme.

He vuelto, y al hacerlo me he topado con los que (nunca) dejé atrás, los pilares de mi vida, que ellos sí que me han echado un cable, pero para buenas. Ya sea vía telefónica, dando un paseo o bebiendo vino como condenados; repito, he vuelto, y al encontraros aquí es más dulce el amargo hecho de volver. Con los que los Lunes son menos Lunes, y si me apuras son incluso un poco Sábado. Porque me llevo la palma con ellos, son lo mejor del mundo, algo brutal. Así que os vuelvo a dar las gracias.


Y finalmente he vuelto, a escribirte, sí, a ti, aunque más arriba mencionara que hoy no vengo a hablar de eso, que me faltan ya las ganas. Pero, si, te repito, que he vuelto, pero cambiada, y espero me lo notes, e igual que estos años pasados, sigas sin saber qué hacer, porque será la única forma de que yo, por fin, deje de tropezar con tu puta piedra, porque ya vale; y porque he vuelto más fuerte que nunca, mirándome al espejo con mi mejor amiga y riéndonos al decir lo buenas que estamos. Porque sí, aunque te joda, he vuelto queriéndome más que nunca.

P.D: Prometo volver más a menudo.

Á