He visto
Un papa argentino poniendo a raya a la Iglesia,
Una guerra empezando por no creer en un mismo Dios,
Una flor consumirse por la anorexia,
Del mismo sexo, quererse a dos.
He oído
Que cuando el río suena, agua lleva,
Que agua que no has de beber, déjala correr,
Que contra las muchas penas, las copas llenas
Y que al lugar donde has sido feliz, no debieras tratar de volver.
He tocado
Los amores de una noche al despertar,
Los cuerpos desafiantes del dualismo cartesiano,
Los abrazos a desgana que por pena me quisiste dar,
Y cada resquicio de tus veranos con mis manos.
He olido
El caos de partitura incensar Vietnam,
El miedo de la mujer a la que un hombre aterra,
El sudor del primer polvo a un joven embalsamar,
Y la frescura de la lluvia que perfuma nuestra tierra.
He besado
En la boca a quien no lo merecía,
En la mejilla a quien le debía un orgasmo,
En el peor momento tu falta de empatía,
Y a destajo tu insaciable sarcasmo.
Pero nunca he sentido,
Lo que se siente
Al ser un amor correspondido.
Á
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