lunes, 29 de noviembre de 2010


He vuelto, Noviembre. O quizás lo hayas hecho tú, quién sabe ya. Pero mira, dejemos ese asunto para más tarde, cuando ya no recordemos cuántas copas llevamos ni cómo acabamos aquí, y coge un cigarro, venga. ¿Fuego?

Creo que algo falló entre tanta metáfora y tanto paradigma, las noches cortas de primavera y los silencios anestesiados en los que me encerraba. Sé que me empeño en desaparecer cuando las cosas no van del todo mal, y acabo buscando con un amago de desesperación tus brazos al primer titubeo, y me sabe fatal, por supuesto, pero soy de las que no aprenden. Aquí me tienes, ¿ves? No aprendo.

Y sin embargo, esta vez puede que sea diferente. Sólo son las putas dudas, y toda esa inseguridad que me rodea, el miedo, la desconfianza grabada con hierro candente en mi piel desde aquel invierno que se me atragantó. Sí, destrózame con una mirada torcida e incrédula de las tuyas, porque realmente lo merezco. Qué asquerosamente cobarde me he vuelto (já! soy).

En fin, que ya lo sé, si siempre me dices lo mismo, y yo sólo quiero escucharte para calmarme y enfriar los ánimos, pero a cada minuto que pasa me cuestiono qué hago aquí, esperando, ilusa de mí.

Es que sé lo que hay. Lo sé. Y todo este miedo no es más que una prolongación de la incertidumbre que desembocará en la catástrofe inevitable que preveo desde hace tiempo.
Pero es el precio de ser una idealista sin remedio.

Noviembre, por favor, no me sueltes ahora. Creo que estoy a punto de estallar.
Por favor.

7 comentarios:

  1. Genial post, me ha encantado leerlo!
    Un besazo!

    http://www.ohmyvogue.com

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  2. a mi también me ha encantado tu blog!
    :)

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  3. lovely post :)
    me ha encantado de veras!
    www.jesuisguapot.blogspot.com

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  4. Pues Noviembre ya se va... y a saber cuantas caras tristes se lleva y cuantas más deja aquí tiradas...

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  5. Que sí que se aprende te lo diego en serio al final se aprende...

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