“Nuestra historia era
imposible como mirar la silueta de la lluvia.”
Marwan
Siempre ha sido nuestra,
a la lluvia me refiero.
Veranos llenos de orbayu,
goteras y humedades,
calados hasta los huesos,
nunca el uno del otro
y solo hemos resistido
una tormenta juntos, solo una.
La misma que nos convirtió en catarata y precipicio.
La lluvia es un besar
azul, como diría Lorca,
pero yo solo me empapaba
de ciegos rechazos
y ojos que me observaban
desde la otra punta del bar,
nunca para emitir el
sonido que deja una puerta abierta.
La misma que cada verano
se cerraba de un portazo.
Y lo único azul era la
playa,
en la que verte era peor
que contemplar gotas estrellándose contra el marco de la ventanilla.
Cuando lo único que me
importaba era coger el coche, a doscientos
limpiaparabrisas intermitente,
emborronando el
horizonte, la playa y a ti.
Ahora solo me queda mi
propia lluvia
nunca jamás compartida, ni mojada,
nuestros cuerpos empapados de sudores, pero fríos,
los que algún día borrarán la lluvia que cayó
en nuestra playa, y a ti.
Á
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