miércoles, 20 de abril de 2016

Morir y no matar.

Dependiendo y pendiendo de un hilo
Cayendo, en picado contra un suelo de roca, fina y puntiaguda.
Pinchándome con el segundero,
En cada tic que me matas callando,
Y cada tac que me cuenta que eres otra herida.
Y aun así me dejaría joder, una vez más
Por el inmenso vacío que dejas.

¿De qué vamos a hablar? Si decides volver,
Ahora que estoy callada
Y no has llamado tú para entender,
Que mi vida no se puede resumir en partitura, poema ni prosa
Si no en planes, no planos, que a día de hoy carecen de estructura base alguna.

No hay cimientos, más bien mis sentimientos están a flor de piel ahora,
A punto de estallar, y dudo que resurjan esta vez
De sus cenizas, porque no las hay.
Porque para hacer fuego se necesitan dos,
Alguien que mate
Y alguien, que al igual que yo, decida dejarse matar.

Y por eso estoy aquí hoy, que no me encuentro ni en el papel,
Cometiendo el
puto,
mismo 
error,
de 
siempre,
de culpar de asesino
a quien nunca pretendió empuñar el arma.

Á


"Volveré a las noches sin dormir
y las noches sin pensar,
y las noches sin soñar,
y las noches sin sentir."

Nacho Vegas

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