martes, 10 de mayo de 2011

Y cómo le podría yo explicar, que la pena dura tanto como quieras tú seguir llorando.


Como una ventana que al cerrar, no ilumina el punto que ha dejado entre tinieblas una sombra entre las piedras. Así se ha quedado sin razón, nadie le ha explicado que no existe explicación y tiene tantas dudas. Y cómo le podría yo explicar, que la pena dura tanto como quieras tú seguir llorando, y aunque tú revises tu interior, siempre queda algo que te dice que esto es para largo. Aunque no lo tengas claro y quieras escapar. Mi coco me dice que hoy mi vida entera pasará ante mis ojos, y pediré perdón. Con la razón estudiaría, un libro abierto es hoy mi corazón. Mi alma entera te daría si yo tuviera garantías de que soy yo a quien tú esperas. Como una mentira se perdió, no esperó a que se callaran los rumores que decían que él no iba a volver. No se olvidó, ni tampoco repitió, sus errores se perdieron como el amor. Y aunque nunca tuvo claro si había sido bueno o malo, cómo iba a recuperar. El tiempo que se va nunca volverá, ni aunque tú te empeñes. Aunque no lo tengas claro y quieras escapar. Mi coco me dice que hoy mi vida entera pasará ante mis ojos, y pediré perdón. Con la razón estudiaría, un libro abierto es hoy mi corazón. Mi alma entera te daría, si yo tuviera garantías de que soy yo a quien tú esperas.

Mañana mates, puaj! Sigo odiando integrales. Y recién llegada de flamenquear al compás de bulerías, lo que menos me apetece es perderme entre números, equis e i griegas.

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