jueves, 7 de octubre de 2010

HE VUELTO A RECORDAR LAS TARDES DEL CAFÉ, LAS NOCHES LOCAS QUE SIEMPRE ACABABAN BIEN.

Voy a parar en el camino, y en lo que dura un cigarrito, voy a pensar en estos años, todo lo que ha pasado... A veces me pregunto por qué me aferraré tanto al pasado; poder recordar hechos, palabras, miradas, como si estuviera leyendo un libro. Pasar de página te traerá nuevas anécdotas, de las que hablarás hasta llegar al final de la página y vuelta a pasar! Es un no parar, pasar-leer-pasar-leer... Nunca sabes lo que te espera detrás de esa página nueva, sin tocar, sin ser leída. Poco a poco vas construyendo lo que se puede llamar tu vida, y por mucho que sigas leyendo, esa esquinita doblada 40 páginas atrás, se quedará ahí, plasmando recuerdos inolvidables para pequeñas cabecitas, que siempre volverán atrás para volver a leer cada palabra hasta que todos los recuerdos queden tatuados en la memoria, para más tarde soñar con ellos.

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