Y te responderé
con buen talante y porte:
¿Cómo voy a perder el Norte
si he nacido en él?
Á
domingo, 4 de diciembre de 2016
jueves, 1 de diciembre de 2016
Mentiras que no valen nada
Es cierto que nunca te he querido, siempre me ha gustado
mucho más tu personalidad que tú en persona. Siempre ha sido un amor platónico,
me enamoré de lo que creí que eras y cuando lo descubrí, aprendí que mi fe me
había jugado una mala pasada, otra de muchas.
Es cierto que nunca te he querido, ni me ha gustado pasear
contigo por el muro de la playa jugando con acrónimos mientras escapábamos de
la lluvia, o de nosotros, a estas alturas ya ni sé de qué hemos escapado desde
que nos encontramos. Solo sé que al encontrarte me perdí, a mí misma en ti y mi
tiempo sin estar a tu lado. Pero no, nunca te he querido, en mi cabeza ha sido
todo un juego, y como en los mejores juegos lo he apostado todo, un “all in”,
pero a ciegas; y ¿sabes? He ganado, o al menos lo he intentado.
Es cierto que nunca te he querido, ni me has dejado
llorando en un bordillo susurrándome a mí misma: “Big girls don’t cry”. No,
nunca te lo he permitido. ¿En qué cabeza cabe eso? Lo nuestro siempre ha sido
real aunque yo nunca te he querido, tampoco te he pensado o escrito, en la
arena, en el mar o entre lágrimas. Siempre te he olvidado en tus idas y
venidas, y nunca, nunca te he esperado. Dicen que “quien espera, desespera”,
así que yo simplemente me he limitado a olvidarte. No lo sabes, pero cada noche
en lo más alto te he olvidado, o al menos lo he intentado.
Creo que es cierto que nunca te he querido, ni que me has
llegado a importar; pero lo que de verdad sé que es cierto es que tú, nosotros
y estas líneas, son mentira.
Á
Suscribirse a:
Entradas (Atom)