domingo, 17 de julio de 2011

Será que te embellece ser feliz.








Desayunábamos cigarros e ibuprofenos, cenábamos vino con piña o vodka limón. Vivíamos sin reloj, sin rumbo alguno, más que cruzar el puente para aterrizar en el congelado mar riosellano. Mientras el sol se ponía en el horizonte sonaba "Fast Car", por la noche "Welcome to St Tropez". Y llovía, claro que llovía, pero nos resguardábamos cantando al compás de los Hombres G, Alaska o Los Secretos, y al mínimo rayo de sol que aparecía en el cielo, ya teníamos el bikini puesto. Fuímos con el único propósito de desansar (cuerpo e hígado) y la cruda realidad es que no conseguimos en una semana llegar sobrias y antes de las 4 de la mañana a la cama.

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