jueves, 16 de septiembre de 2010

E LEVIGATO LA TUA ASSENZA SOLO CON LE MIE BRACCIA.

Dicen que cuando te acuestas pensando en alguien, sueñas con él. No tengo mucha fe en ello. Hay algo que me reconcome, ¿por qué la felicidad dura tan poco? Una frase tan simple como: Te veré el año que viene/ Nos vemos pronto/ Ya hablaremos/ Te quiero, puede comerte por dentro hasta que estalles. Supongo que es mejor haber tenido algo y haberlo perdido a haber perdido tener la oportunidad de tu vida: de estar tumbada en la playa agarrados de la mano, de mirar el cielo por la noche, pedirle un deseo a una estrella fugaz a su lado, darte cuenta de que es un avión y reirte con él. Porque al fin y al cabo no hay nada más bonito que la sonrisa de alguien a quien quieres, a quien has querido para ser francos. Ya que él ya no está. Se marchó y aunque el destino quiera que nos volvamos a ver, nunca volveremos a ser los dos dieciseisañeros que buscaban calor veraniego en unos besos tumbados en un tobogán.

No hay comentarios:

Publicar un comentario